31 de julio de 2015

La Santa Vera-Cruz de Écija

¿Cómo puede ser que en los pueblos más cofrades y religiosos haya Hermandades tan importante como la Santa Vera-Cruz, y en Écija, sin embargo, existió y actualmente está desaparecida?

Santísimo Cristo de la Vera-Cruz.

A pesar de ser una cofradía extinguida, la Hermandad de la Vera-Cruz goza de gran popularidad en Écija. Está extinguida oficialmente desde el 1 de abril de 2005, puesto que una Hermandad se puede considerar oficialmente extinguida por llevar 100 años sin actividad, y su último hermano murió el 1 de abril de 1905. Esto quiere decir que se cumple el décimo aniversario de su lamentable extinción. Sus reglas fundacionales se encuentran actualmente en el Archivo Municipal del Ayuntamiento.

La Pontifica y Muy Antigua Hermandad de la Santa Vera-Cruz y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestro Padre Jesús de la Cena y María Santísima de la Paz se fundó en 1519 a semejanza de la Vera-Cruz de Sevilla. A su fundación se unen los frailes y hermanos de la Hermandad de la Piedad que se fundó en 1509 y que se dividió tras el traslado a su actual Convento. Sus reglas tienen la aprobación del licenciado Juan Rodríguez, provisor de Sevilla, en 29 de junio de 1523. Salía el Jueves Santo por la tarde, y a partir de 1774 en la Madrugá. Tuvo su sede en el entonces Convento de San Francisco, regido por los Frailes Menores de la Orden de San Francisco. En él, poseía capilla propia, la cual ha perdurado hasta nuestros días, y que se encuentra en el patio del templo, junto a la puerta de la calle San Francisco. Consta de una espaciosa nave con tres retablos, sacristía y espadaña. El retablo principal está presidido por una imagen de Cristo atado a la columna, la cual ha pasado esta Cuaresma a la parte trasera de la capilla de Madre de Dios de la Concepción.

Capilla de la Santa Vera-Cruz (izquierda) en el patio de San Francisco.

En 1543 se fusiona con la Cofradía del Hospital del Corpus Christi, a petición de la Hermandad de la Vera-Cruz. Sus reglas se renuevan en 1579, y nuevamente en 1582. La corporación fue una de las más importantes y numerosas durante los siglos XVII y XVIII. Tras la invasión francesa de comienzos del siglo XIX comienza una lenta y larga decadencia que la llevaría a desaparecer en el último tercio de ese siglo.

La corporación celebraba las fiestas de la Santa Vera-Cruz en mayo, las del Corpus Christi, las de Nuestra Señora de Agosto y las de las Ánimas del Purgatorio. Además, participaba en la festividad de la Resurrección junto con los frailes del Convento, con procesión del Cristo.

Fue la primera Hermandad en incorporar la flagelación en la noche del Jueves Santo, es decir, en realizar desfile procesional por las calles de Écija. Es por ello que nuestra ciudad es una de las pioneras en la celebración de la Semana Santa en España. Era una cofradía muy estricta, la cual se heredaba de padre a hijos. Aunque la Hermandad de la Merced se fundó en 1509, no realizaba estación de penitencia dado su único carácter cultual.

Para la salida procesional vestían camisas largas hasta el suelo y capirotes romos con cordones de San Francisco ceñidos a sus escudos en los pechos con la insignia de la Santa Vera-Cruz y Sangre de Jesucristo. Hacía estación de penitencia a la Compañía de Jesús (actual Plaza de Abastos), Santa María, Santa Bárbara, San Juan, Convento de Santo Domingo, Santa Cruz, Monasterio de Santa Inés y Espíritu Santo. Las mujeres no podían participar en la estación de penitencia, y en caso que lo hicieran, lo haría con el rostro descubierto para que fueran conocidas.

Señor de la Cena.

La cofradía poseía tres Titulares con los que procesionaba en Semana Santa. El primero de ellos era Nuestro Padre Jesús de la Providencia en el paso de misterio de la Última Cena. La imagen se encuentra en una de las capillas exteriores de la Iglesia de San Francisco, habiendo sido recientemente restaurada tanto la talla como la capilla (ésta en 2012). Del apostolado no se sabe su destino.

El segundo Titular era el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, o de la Paz como se le llama actualmente. Es una obra atribuida a Montes de Oca en el año 1747, la cual se encuentra en la Iglesia de San Francisco en un lamentable estado de conservación. El crucificado aún continúa reuniendo en torno a él fieles devotos. Hay quienes lo veneran entre los más mayores como patrón de los estudiantes. La pasada Cuaresma protagonizó un Vía-Crucis hacia la Iglesia de San Juan Bautista, tras más de un siglo sin salir a las calles ecijanas.

La última titular es una Dolorosa bajo el título de Nuestra Señora de la Paz (aunque primitivamente se cree que adoptó la advocación de Nuestra Señora de Agosto). Actualmente preside desde hace unos años la capilla bautismal de la Parroquia Mayor de Santa Cruz, puesto que anteriormente lo hacía en el reciente clausurado Convento de las Marroquíes, en el cual las monjas conservan sus antiguas manos entrelazadas. Las actuales son de Rafael Díaz Caro en 2010. En la Semana Santa de 1999 se expuso en besamanos en el Hospitalito, con todos los enseres y decoración prestados por diversas Hermandades. En el año 2000 hizo lo propio en la Iglesia de Santa Bárbara (ambos actos con motivo de potenciar su reorganización).

Nuestra Señora de la Paz.

Desde 1994 hasta una década después un grupo de cofrades intentó reorganizarla, con luz verde por parte del Arzobispado para conservar su título, además de ser apoyado por el Consejo de Hermandades, Convento y cofradías. En este periodo se pretendió que la cofradía saliera en la Madrugá, enlanzándola entre El Silencio y San Juan. No obstante, debido a las dificultades se dejó la reorganización en suspensión.

Este hecho se ha vuelto a poner en marcha a finales de 2014. En 2015, se celebra en Cuaresma un recital poético ante el Cristo de la Vera-Cruz, además de protagonizar el Vía-Crucis antes mencionado. En Semana Santa estuvo expuesto en besapiés en su antigua Capilla.

Vía-Crucis del Cristo de la Vera-Cruz en 2015.

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