Papa Francisco. |
En el III Retiro Mundial de Sacerdotes, celebrado en la basílica de San Juan de Letrán en Roma el pasado junio, el Papa Francisco afirmó que la Iglesia está dispuesta a poner una fecha para la Pascua que, como ha supuesto, sería el segundo domingo de abril, por lo que el Domingo de Ramos sería el primero de dicho mes.
Es una cuestión seria que la Iglesia Católica comenzó a plantearla hace años, desde que el beato Pablo VI posibilitó la renuncia al primer solsticio después de la luna llena de marzo. Esto motiva la unificación de la celebración de la Semana Santa para todos los cristianos, ya que cada religión y minorías la celebran en diferentes días dentro del calendario primaveral.
En general, tanto en la Iglesia andaluza como en el seno de sus Consejos de Hermandades y Cofradías, han acogido positivamente las declaraciones de Su Santidad. De esta forma, los máximos responsables de estos consejos, ven esta iniciativa como una solución a los problemas y contratiempos de la organización de la Semana Santa y sus cortejos procesionales.
En el año 325 se puso fecha para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, ¿por qué no cambiarla de nuevo para la unidad de todos los cristianos? Las opiniones son de todos los colores. Muchos ven con buenos ojos el cambio, pero otros tantos niegan la posibilidad a favor de continuar con la tradición y el día que es el verdadero aniversario de la muerte de Cristo. Con el cambio además, perderíamos la luna llena de nisan en la Madrugá.
A pesar de todo ello es una cuestión que, de cumplirse, es muy lejana, puesto que habría que unificar las cientos de iglesias ortodoxas, la evangélica y la católica. No obstante, desde la Santa Sede se quieren poner en marcha el estudio del proceso, solo el estudio, de momento.
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