Seis en punto de la tarde. Llegaba a las puertas de Santa Ana la Agrupación Musical del Soberano Poder para encabezar el cortejo de la cofradía de La Yedra. Segundos más tardes se abrían los portones del templo para dejar paso al banderín de San Juan Evangelista, de la Juventud, acompañado por decenas de los más pequeños de la Hermandad. Tras él, la Cruz de Guía guiaba al Santísimo Cristo de la Yedra que hacía su salida minutos después. Las suaves temperaturas acompañaron durante toda la jornada.
Largas filas de capirotes verdes inundaban la Carrera oficial con varios parones y distanciamientos, hecho que ya pasó a la Hermandad del Cautivo en el día de ayer, aunque éste casi justificado. Mientras el Rey del Puente reviraba hacia calle Más y Prat, Nuestra Señora de la Caridad ya aparecía por las inmediaciones de la Iglesia de Santa Bárbara. Deleite para todos los sentidos los sones alcalareños que precedían de la Cruz de Guía, durante todo el itinerario.
La novedad llegó cuando la corporación de este Lunes Santo enfilaba calle Zayas, algo histórico. El Santísimo Cristo de la Yedra buscaba la nueva Plaza de Don Esteban Santos Peña para bajar por la cuesta de la calle Carmelitas. Espectacular momento inolvidable para todos los cofrades presentes ver como la singular talla de Martínez Montañés recorría los callejones adyacentes a la Iglesia de los Descalzos. Hacia lo propio minutos después, la Señora del Puente, recibida en la plaza bajo unos calurosos aplausos de bienvenida. Sin lugar a dudas, unos momentos muy emotivos para la Hermandad, que de tan lejos venía.
Tras los rezos ante las monjas de las Florentinas, los Titulares de la cofradía de la Yedra tomaban Puerta Palma (revira ésta exquisita como cada año) y recorrían la larga calle Merinos hasta llegar de nuevo a su barrio, que tanto les esperaba de nuevo.
Las prolongadas esperas, sin embargo, no cesaron en todo el recorrido hasta que llegó a las inmediaciones de la Iglesia de Santa Ana, donde una ocasión más, se podían ver los dos pasos a la vez: el Santísimo Cristo de la Yedra arriado en su barrera mientras el palio de la Dolorosa entraba en la Plaza de Giles y Rubio.
El retraso en la entrada fue de media hora. La Cruz de Guía lo hizo a las doce y media de la madrugada. Nuestra Señora de la Caridad volvía a casa a eso de la una y media.
Quítense los parones, retrasos o esperas, pero la Hermandad de la Yedra, la Hermandad de barrio del Lunes Santo, un año más dio ejemplo de Hermandad, tanto de gracia y arte como del andar de los pasos de sus devotos Titulares. Hasta el año que viene, si Ellos quieren.
3 comentarios:
La talla no es de Martínez Montañés. No está atribuída siquiera. Está, y mal atribuida por cierto, a Juan de Mesa.
De todas formas, es más razonable que sea de Alonso de Mesa (ver tallas y su similitud con el crucificado de la Yedra).
La talla está atribuida a Martínez Montañés en torno al año 1630. Es anónimo, pero se le suele atribuir a él.
http://www.hermandadyedraecija.com/index.php/titulares/cristo
Soy sevillano y paré en Écija para ver la cofradía de la Yedra viniendo de Córdoba. Maravillosa imagen del Cristo con una buena saeta cerca ya de su Iglesia... pero todo se empañó cuando un coro rociero cantó una salve a la Virgen. Por muy buenas voces y voluntad que tuvieran... todo no vale señores... cualquier año le cantan el "Adeste fideles" vestido de pastores... así sean los Niños Cantores de Viena... todo no vale Señores
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