Entrada del paso de la Borriquita. |
Faltan 5 días para el Domingo de Ramos. Y es que la de este año, ha sido una Cuaresma rápida, silenciosa, callada... ¿Corta? Como siempre, cuarenta días. Hace apenas unos días soñábamos con que llegaba por fin el Miércoles de Ceniza, y es que, como si de una chicotá a paso de mudá se tratara, los 40 días previos a la Semana Mayor han pasado a una velocidad tan rápida que se nos hace extraño que falten cinco días para que amanezcamos en el Domingo de Ramos. Las cuarenta jornadas entre este día y el Miércoles de Ceniza han ido pasando como tradicionalmente se hace cada año, pero en este ha habido una pequeña alteración.
La Cuaresma efímera de 2015. Así se podría definir la de este año. Los quinarios, los cultos, los actos, los pregones... todo en esos cuarentas días previos a la Semana Santa que han pasado con un rápido sigilo. Hace nada montábamos el primer altar en el barrio de la Alcarrachela. El Olivo es la primera en salir, y la primera en realizar unos cultos penitenciales en Cuaresma. Y ahora, estamos comenzando con el último de ellos, con la Hermandad de San Gil.
Días de ensayos, trabajo, ilusión, ganas (sobretodo ganas), oraciones, paseos, exaltaciones... La espera ha finalizado más temprano que nunca, y es que el Domingo de Ramos de 2015 está llegando a Écija y con él, la recompensa y la satisfacción a tantos días, semanas y meses de intenso trabajo, interno y externo, de todos los miembros de nuestras Hermandades y Cofradías.
Y tras la espera vienen las bullas, las torrijas, los "date prisa que falta poco para que salga", las idas de un lado para otro, los "aligera para pillar sitio", la ropa de gala, las bolas de cera, el tío de la avellana, las pipas... Y sobretodo, este domingo empezará la Semana Santa un año más para recordarnos el verdadero sentido de ella: la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Sin embargo, cuando La Borriqutia vuelva a pasar por el dintel de la Parroquia de Santa María tras haber realizado su estación de penitencia, ahí volverá a empezar todo. En ese momento será el comienzo del fin.
Señores, ya ha llegado. Felices ocho días de Gloria. ¿El tiempo? Acompañará, tiene que acompañar.
Que así sea.
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