El Miércoles Santo ya se abría por completo la esperanza de completar la Semana Santa sin tener que mirar al cielo. La fe y devoción de los ecijanos por excelencia se echaba a la calle para repartir Salud. El misterio, esperado con ganas, y el palio, mejorando año a año.
A su hora prevista salía la Cruz de Guía de la Hermandad de San Gil, formándose desde primer momento la Cera tras la misma. Este año se apreciaba en la cofradía un leve descendimiento del número de nazarenos. Los parones se han mejorado mucho en los últimos años, y el cambio de Jesús Sin Soga por Miguel de Cervantes también ha favorecido respecto al aumento de público.
El misterio de la Coronación de Espinas ya sorprendía con sus andares desde su salida de la Parroquia de San Gil Abad. Cuando el Santísimo Cristo de la Salud atravesaba el dintel del templo, la Cruz de Guía ya alcanzaba la Carrera Oficial. Sentimientos desbordados, lágrimas y emociones al ver al Padre de Écija comenzar a repartir salud y fe a todo su pueblo. Una plaza que queda abarrotada desde los primeros momentos de la estación de penitencia de la cofradía, pero que comienza a despoblarse tras la salida del Crucificado. A muchos gustó el nuevo estilo del capataz y movimiento del palio de la Virgen de los Dolores, cuyo roces de las bambalinas generan un exquisito sonido al paso de la Dolorosa.
Enmarcar cada año la llegada de los tres Titulares de la corporación ante las plantas de Nuestra Señora del Valle Coronada. El misterio deja los vellos de punta, pero el Señor de la Salud emociona al espectador que ve cara a cara al Hijo de Dios frente a su Madre. Arriado el palio en la plaza, sonó una saeta, seguida de la tradicional Encarnación Coronada que se canta ante las dos Vírgenes y la reverencia de la Señora del Altozano -que hay a quien le gusta y a quien no-.
A las doce y media de la madrugada entraban de nuevo los primeros nazarenos a la Parroquia de San Gil. Durante la entrada se aprecia, aunque no en gran medida, la falta de seguridad y de respeto, hechos que se deberían mejorar en los últimos años. No obstante, la Hermandad de San Gil vuelve a su templo de manera triunfal, augurando cada año la llegada de los días fuertes de la semana.
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