El Lunes Santo era otro de los días que los pronósticos auguraban como de los peores. La esperanza de ver la corporación del Puente aumentaba conforme avanzaba la jornada. Los porcentajes no eran altos, pero están ahí. De igual modo puede caer la misma cantidad de agua con un 20% que con un 90% -para muchos que dan opinión sin tener en cuenta el patrimonio humano y artístico-.
Desde Santa Ana, la Hermandad de la Yedra posponía su salida en media hora, y nuevamente en otra media hora, lo que supondría salir a las 19h y con un recorrido acortado: llegar a los palcos y volver por el mismo camino, como se ha hecho otros años. A pesar de que no haber caído ninguna gota durante la tarde, a las 19:15h la cofradía decidía no realizar estación de penitencia este año de cara a las malas previsiones tras 19 años sin interrumpirla. A pesar de los partes meteorológicos, la lluvia no hizo acto de presencia en ningún momento, pero sí llovió dentro de Santa Ana cuando los hermanos escucharon la decisión de la junta de gobierno.
Este año, la Dolorosa volvería a portar el antiguo manto verde oscuro, parcialmente bordado en oro, así como la corona dorada de salida. Se pudo ver este inusual conjunto, adornado con un abundante exorno floral, cuando la Hermandad abrió las puertas de su templo tras la decisión de no salir. El monte de lirios morados del Crucificado ha supuesto un gran acierto, hecho que no se empleaba desde hace muchos años.
El Puente tendrá que esperar un año más para ver a los titulares de la Hermandad de la Yedra repartir devoción y fe por su barrio.
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