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| Misterio de la Borriquta el pasado Domingo de Ramos. Foto: @Niogomezz |
Queda finalizada una de las Semana Santa más especiales de las últimas décadas. Este año se conmemora el IV Centenario del Voto Concepcionista de la ciudad de Écija, realizado allá por el año 1615, y que por ello gozamos de un Año Santo Jubilar Mariano concedido por Su Santidad Francisco I. Por motivo de esta efeméride, el palquillo del Consejo de Hermandades y Cofradías ha estado presidido por una réplica de gran tamaño del cartel de dicho centenario.
Desde 2010 no disfrutábamos de una Semana Santa plena con todas las cofradías en la calle. La de este año ha estado marcado por el calor primaveral y por el mantenimiento de la normalidad y tradición en las Hermandades, respecto a número de nazarenos, estrenos (apenas demasiados importantes) o recorridos, aunque sí con varios cambios, no grandes, de horarios.
Siempre majestuosa, emocional, exquisita, singular. Y es por ello por lo que está Declarada de Interés Turístico Nacional desde 1998. Pero todo tiene sus pros y sus contras; claramente gana lo primero.
También una Semana Santa que podría ser la última con procesiones en las Vísperas. Hablamos, como no, de la Agrupación Parroquial del Olivo, que puede que el próximo año ya entre en la nómina de la Semana Mayor, aunque el día aún no se haya preestablecido.
Es un año también de varias elecciones, al igual que el pasado año, que quizás traigan consigo cambios de cara a 2016.
Pero sin duda alguna, el de este año es el más especial de todos, podríamos decir casi del último siglo, junto con el inolvidable año 1999.
LOS «PROS»
1. El tiempo. Siempre el factor que más se habla en Semana Santa. Y este año, hasta el Sol ha querido disfrutar de la especialidad que tiene este 2015. Algunas ocasiones el calor era sofocante, pero quien no prefiere eso a mirar si hay nubes oscuras en el cielo... El viento débil también ha estado presente estos días. Una última cuestión, ¿dónde hay que firmar para que el año que viene se repita este tiempo?
2. El público. Todo el pueblo ecijano se ha hechado a la calle aumentando las tasas turísticas y comerciales respecto a los últimos años. Así como la espectación en los palcos, en los rincones, en las callejuelas y plazas, entradas y salidas de las Hermandades. Nadie quiere faltar a su cita con el tesoro más preciado de Écija. La Madrugá ya es la excepción a la historia... Aunque casi se entiende.
3. Las chitotás. El andar de los pasos ecijanos cada año se perfecciona más, tanto Cristos como Vírgenes. Sin duda alguna, algunos de los que mejores se mueven son La Borriquita, Nazareno de la Misericordia, Coronación, Misericordias o Jesús Sin Soga. Quítese, como este último, el ser acompañado por alguna agrupación musical para hacer de un paso una imagen andante real. Los que saben, saben. Los demás, sí que paseaban a los maravillosos sones que acompañaban las grandes bandas de categoría que han visitado nuestra ciudad en toda la Semana Santa. Algunos mejor, otro con menos nivel, pero en este factor el mundo cofrade astigitano ha mejorado muy notablemente en el último lustro.
Sin embargo, de los 10 días (contando el Sábado de Pasión y la Madrugá) en tres toca AMUECI y en otras tres El Pío, mientras que Azotes solo toca tras su misterio y Confalón tras el palio de la Esperanza (siendo este día el único que trabaja en toda la Semana Santa).
4. La compostura. El orden y austeridad de los nazarenos, sean Hermandades de capa o de silencio, es algo indispensable para cada cofradía. Acompañados con banda, capilla o en silencio, todos los nazarenos realizan una estación de penitencia, y no por llevar su Titular con acompañamiento musical pueden perjudicar la imagen de la Hermandad saliendo del cortejo o realizando acciones impropias. A pesar de ello, también es otro tema que cada año se mejora más, exceptuando alguna que otra Hermandad. La solución la tienen ellas mismas y sus diputados de tramo. Cada una sabrá por la que va.
LOS «CONTRAS»
1. Los parones y las esperas. Estos hechos estuvieron marcados en las primeras jornadas de la Semana Santa. Tanto el Domingo de Ramos como el Lunes Santo, el público esperaba varios parones a lo largo de los recorridos de ambas cofradías. La primera, es un hecho que podría estar justificado debido a la inexistencia de walkies talkies este año entre los diputados de tramo. Pero ello no es problema para otras Hermandades que no los tiene. El palio iba bastante descolgado del cortejo. Caso mismo padeció la Hermandad de la Yedra, donde la Cruz de Guía entró con mucho retraso parada en las puertas del Templo; y es que, a lo largo del itinerario, los parones no cesaron. Sin embargo, este factor ha mejorado bastante la Hermandad de San Gil, que saca 1100 nazarenos, y que ya no se recuerdan los largos y sucesivos parones de la cofradía.
2. El respeto. Faltas de educación y vergüenzan están anualmente, por desgracia, en la salida de la Hermandad de San Juan. Chillidos, borrachos y ganas de no callarse. Señores, si quieren ver salir una cofradía, y en la Madrugá, háganlo con el respeto que merece. Si no, váyase con su poca educación a otro lado. Así de fácil. Es inaudito que una Hermandad tan espectacular como San Juan se vea afectada por eso.
3. El Santo Entierro de Cristo. ¿Por qué, si usted contempla un paso y en concreto el del Santo Entierro de Cristo, no se calla? Vergonzoso la actitud de muchos ecijanos de edad ya madura que podrían tener el respeto que quizás, o no, se le ha inculcado desde pequeño al ver esta lúgubre y austera procesión. Pasa Cristo muerto, y ya no se hace ni reverencia, ni queda el respeto. Oigan, falten el respeto en sus casas, porque la Hermandad de la Soledad y la de San Juan no están para aguantar a gente impertinente.
4. Ausencia de Hermandades. No se explica el por qué de la ausencia de las Hermandades ecijanas en el cortejo de la Cofradía del Santo Entierro. Un total de cinco Hermandades penitenciales de doce (sin contar la Agrupación Parroquial del Olivo) acompañaron en la estación de penitencia a Cristo Yacente. Éstas fueron: La Yedra (tras varios años sin hacerlo), Confalón, San Juan, La Merced y La Mortaja. ¿Las otras por qué no? Algo tan inexplicable como ilógico. Esperamos que para el año que viene, tomen conciencia de ello.
5. Las sillitas. Al igual que este tema se ha hablado mucho en Sevilla, también ha afectado a Écija, aunque con una repercusión mucho menor. Se han visto tales instrumentos a lo largo de toda la Semana Santa, quizás más en San Gil, La Yedra, Santiago o La Soledad. Aunque han sido un número bajo de sus presencias, ha llamado la atención que desde Sevilla se traslade a nuestra ciudad.
Sin embargo, de los 10 días (contando el Sábado de Pasión y la Madrugá) en tres toca AMUECI y en otras tres El Pío, mientras que Azotes solo toca tras su misterio y Confalón tras el palio de la Esperanza (siendo este día el único que trabaja en toda la Semana Santa).
4. La compostura. El orden y austeridad de los nazarenos, sean Hermandades de capa o de silencio, es algo indispensable para cada cofradía. Acompañados con banda, capilla o en silencio, todos los nazarenos realizan una estación de penitencia, y no por llevar su Titular con acompañamiento musical pueden perjudicar la imagen de la Hermandad saliendo del cortejo o realizando acciones impropias. A pesar de ello, también es otro tema que cada año se mejora más, exceptuando alguna que otra Hermandad. La solución la tienen ellas mismas y sus diputados de tramo. Cada una sabrá por la que va.
LOS «CONTRAS»
1. Los parones y las esperas. Estos hechos estuvieron marcados en las primeras jornadas de la Semana Santa. Tanto el Domingo de Ramos como el Lunes Santo, el público esperaba varios parones a lo largo de los recorridos de ambas cofradías. La primera, es un hecho que podría estar justificado debido a la inexistencia de walkies talkies este año entre los diputados de tramo. Pero ello no es problema para otras Hermandades que no los tiene. El palio iba bastante descolgado del cortejo. Caso mismo padeció la Hermandad de la Yedra, donde la Cruz de Guía entró con mucho retraso parada en las puertas del Templo; y es que, a lo largo del itinerario, los parones no cesaron. Sin embargo, este factor ha mejorado bastante la Hermandad de San Gil, que saca 1100 nazarenos, y que ya no se recuerdan los largos y sucesivos parones de la cofradía.
2. El respeto. Faltas de educación y vergüenzan están anualmente, por desgracia, en la salida de la Hermandad de San Juan. Chillidos, borrachos y ganas de no callarse. Señores, si quieren ver salir una cofradía, y en la Madrugá, háganlo con el respeto que merece. Si no, váyase con su poca educación a otro lado. Así de fácil. Es inaudito que una Hermandad tan espectacular como San Juan se vea afectada por eso.
3. El Santo Entierro de Cristo. ¿Por qué, si usted contempla un paso y en concreto el del Santo Entierro de Cristo, no se calla? Vergonzoso la actitud de muchos ecijanos de edad ya madura que podrían tener el respeto que quizás, o no, se le ha inculcado desde pequeño al ver esta lúgubre y austera procesión. Pasa Cristo muerto, y ya no se hace ni reverencia, ni queda el respeto. Oigan, falten el respeto en sus casas, porque la Hermandad de la Soledad y la de San Juan no están para aguantar a gente impertinente.
4. Ausencia de Hermandades. No se explica el por qué de la ausencia de las Hermandades ecijanas en el cortejo de la Cofradía del Santo Entierro. Un total de cinco Hermandades penitenciales de doce (sin contar la Agrupación Parroquial del Olivo) acompañaron en la estación de penitencia a Cristo Yacente. Éstas fueron: La Yedra (tras varios años sin hacerlo), Confalón, San Juan, La Merced y La Mortaja. ¿Las otras por qué no? Algo tan inexplicable como ilógico. Esperamos que para el año que viene, tomen conciencia de ello.
5. Las sillitas. Al igual que este tema se ha hablado mucho en Sevilla, también ha afectado a Écija, aunque con una repercusión mucho menor. Se han visto tales instrumentos a lo largo de toda la Semana Santa, quizás más en San Gil, La Yedra, Santiago o La Soledad. Aunque han sido un número bajo de sus presencias, ha llamado la atención que desde Sevilla se traslade a nuestra ciudad.
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