El Santísimo Corpus Christi ha procesionado un año más por las calles de nuestra ciudad.
Para la ocasión, durante la jornada de ayer algunas hermandades trasladaron a sus titulares a diferentes altares que han dispuesto en zaguanes cedidos por hermanos o a las puertas de sus respectivas sedes canónicas.
Eran casi las diez de la mañana cuando, a los sones de la Marcha Real, salía la custodia de Alfaro de la Parroquia Mayor de Santa Cruz, mientras las representaciones de las distintas hermandades y cofradías entonaban cantos en honor al Santísimo Sacramento por las calles por las que discurría el cortejo, en las que situaban altares como los de la Hermandad de la Virgen del Valle, El Silencio, San Gil y San Juan.
Poco tiempo después, llegaba la Custodia a la Plaza de España, el Salón, donde la Hermandad de la Yedra había dispuesto para la ocasión el altar de San Juan Evangelista en la Iglesia de San Francisco. El cortejo seguía su rumbo hacia la Parroquia de Santa Cruz por las calles Más y Prat y Santa Cruz, donde se encontraban otros altares, como los de la Inmaculada Concepción de San Francisco o el de la Virgen del Carmen.
La Custodia llegó a la Parroquia unos cuantos minutos después, culminando así una jornada que quedará en el recuerdo de cuantos la hemos vivido.
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